Explorando las 145 hectáreas que posee el Hyde Park encontrará rincones muy especiales, más allá de los míticos paisajes verdes y los lagos infinitos que tampoco puede perderse.
En su origen, este espacio había sidofue posesión de los canónigos de la Abadía de Westminster, hasta ser adquirido en 1536 por que Enrique VIII lo adquirió en 1536. El monarca lo transformó en un coto de caza privado, pero no fue hasta 1637 cuando Carlos I abrió el parque en su totalidad al público.
El cementerio de animales es uno de los lugares más curiosos de este inmenso parque. En él pueden verse más de 300 tumbas, la mayoría para perros. Casi todos estos sepulcros datan de la época victoriana, cuando adinerados londinenses rendían así homenaje a sus mascotas. En 1915 fue clausurado hasta que en 1960 se reabrió para enterrar a un último animal:, un perro que sirvió en la Marina Real Británica. Este camposanto situado delante de Lancaster Gate se puede visitar gracias a los tours guiados que se realizan ocasionalmente.
El popular Speaker’s Corner se encuentra muy cerca de Marble Arch. Importantes personajes como Karl Marx, Vladimir Lenin o Winston Churchill han dado aquí sus discursos subidos a la característica caja de jabón. A día de hoy sigue en funcionamiento, atrayendo más a turistas y a curiosos que a gente con fuertes convicciones políticas.
London City Tour le lleva a las puertas de Hyde Park para que pueda explorarlo en profundidad. Desde la ruta azul, West End Loop, las paradas 8, 9 y 10 le acercarán a distintos puntos del parque.
¡Aproveche los días de sol en Londres para disfrutar de un agradable paseo por Hyde Park!
